Estado de coma tras intervenciones quirúrgicas

El principal propósito objetivo de toda operación o intervención quirúrgica es la de poner solución a una patología del paciente o bien mejorar una situación que con el tiempo pudiera agravarse.

Aunque todas las intervenciones quirúrgicas entrañan una serie de riesgos, la mayor parte de ellos son conocidos, pudiendo ser controlados mediante una serie de actuaciones médicas ya establecidas.

También puede suceder que después de una operación quirúrgica, se produzcan consecuencias no deseadas, con un final y resultados nada satisfactorios para el paciente, como es el caso del estado de coma, como consecuencia de un uso inadecuado de la anestesia.

Existen 4 tipos diferentes de coma:

  • Estadio I o coma vigil: Pérdida de la conciencia incompleta, el paciente reacciona a estímulos dolorosos y no hay trastornos vegetativos.
  • Estadio II o coma de gravedad media: Pérdida total de la conciencia
  • Estadio III o coma carus: Pérdida total de la conciencia, de los reflejos y el paciente no reacciona a los estímulos sensoriales; va acompañado de importantes trastornos vegetativos (presión arterial inestable, respiración rápida, trastornos de la hematosis).
  • Estadio IV o coma depassé: Muerte cerebral reflejado en un electroencefalograma plano.

En estas situaciones, las cuales se deben a errores prevenibles, hablamos de un posible caso de negligencia médica. Se considera negligencia médica a aquellas conductas del personal sanitario, que por acción u omisión, se apartan de los estándares médicos establecidos. Este tipo de actuación también es conocida como mala praxis.

En tales supuestos, el paciente o incluso sus familiares (en caso de que por ejemplo se hubiera producido la muerte), están en su derecho de reclamar una indemnización por los daños ocasionados, ya sean secuelas o lesiones físicas y/o morales o incapacidad para trabajar o realizar las actividades habituales del día a día como deambular, comer, asearse, etc.

Cuando se dan este tipo de situaciones es muy importante informar y dejar constancia de lo ocurrido en el centro de salud donde ha tenido lugar la mala praxis; puesto que además de informar de lo ocurrido permite al centro médico la toma de medidas y acciones medidas urgentes con el objetivo de evitar que nuevos pacientes vuelvan a sufrir en un futuros las mismas secuelas.

Muy importante y aconsejable guardar toda la información y documentación que toda persona pueda tener en su favor con respecto al procedimiento médico realizado a pesar de que esta conste también en el centro sanitario, como: análisis, ecografías, radiografías, electros, entre otras muchas pruebas más.

Ante cualquier tipo de reclamación y solicitud de indemnización a realizar, contar con los servicios de un abogado especializado en Derecho Sanitario es la mejor de las opciones.

En nuestro despacho de abogados de negligencias médicas en Valencia, somos expertos en aquellos casos en los que se han producido daños derivados de una pésima actuación médica.

Trabajamos con peritos de diferentes disciplinas médicas, los cuales evaluarán su caso y así establecer si nos encontramos ante un posible caso de negligencia médica.

El tiempo es esencial puesto que existen unos plazos concretos para poder realizar dicha reclamación. Contacte con nosotros lo antes posible y reciba asesoramiento personalizado de manera inmediata para no perder el derecho a una posible indemnización.

Prestamos servicio en toda la Comunidad Valenciana: Alicante, Valencia y Castellón, y resto de municipios colindantes.

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